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News & Events Colombia 2026. Reforma agraria e igualdad de género: ¿será finalmente el momento adecuado?
Colombia 2026. Reforma agraria e igualdad de género: ¿será finalmente el momento adecuado?
Colombia 2026. Reforma agraria e igualdad de género: ¿será finalmente el momento adecuado?
Jakarta farmers protest
Dr. Paolo Groppo
Jakarta farmers protest

Foto: Protesta por los derechos sobre la tierra de los agricultores en Yakarta, Indonesia. Jonathan McIntosh. CC BY 2.5.

En febrero de 2026 se realizará en Cartagena, Colombia, una “Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural”(1), que seguirá a la organizada por la FAO en Brasil en marzo de 2006 (CIRADR)(2).  Habiendo sido parte de la secretaría ejecutiva de la CIRADR, teniendo que gestionar las complicadas resistencias internas de la FAO, las dudas de los movimientos campesinos, las presiones del Banco Mundial para orientarla hacia la corriente principal de los mercados de tierras, me permito escribir algunas reflexiones y sugerencias en vista del próximo evento.

Mi recorrido profesional y personal se ha desarrollado en gran medida en el tema de la “tierra” (reforma agraria, agricultura familiar(3), derechos comunitarios sobre la tierra, con especial atención a la cuestión de género en el desarrollo territorial(4)). Poco a poco, el tema del análisis de género se ha convertido, desde mi punto de vista, en la cuestión central de un "desarrollo" equilibrado y "sostenible" (concepto explicado en detalle en el Diccionario del desarrollo)(5): la asimetría del poder dentro de los muros domésticos o, en otras palabras, lo que podemos llamar el trabajo de la reproducción social(6), fruto de la dominación patriarcal, ya sea en el mundo agrario, rural o urbano.(7)

Los orígenes de la CIRADR se remontan a los esfuerzos (insuficientes/infructuosos, dejo a la decisión de los lectores) de los gobiernos de Brasil y Filipinas en materia de reforma agraria, con programas apoyados a nivel nacional por la unidad técnica de la FAO de la que fui miembro. Cuando me preguntaron cómo implicar a la dirección de la FAO a un nivel político más alto, mi respuesta fue sugerir una operación de lobby conjunta por parte de los dos ministros responsables, que dio los resultados deseados cuando el director general, Jacques Diouf, de visita en Brasil, respondió a la sugerencia de las autoridades locales de que la FAO estaba preparada para ese desafío.

No fue exactamente así, pero la pronta reacción de nuestro jefe dejó claro que el tema era una de sus prioridades, pese a los esfuerzos de los países ricos apoyados por el Banco Mundial para eliminar incluso el término "reforma agraria" y sustituirlo por mercados de tierras. Fue una visión que promovió un ideal neoliberal favorable al sector privado del Norte Global para apoderarse de la riqueza y los recursos naturales del Sur Global, sin reconocer los derechos de las poblaciones locales.

En ese momento estábamos llevando a cabo un importante programa de “tierras” en Mozambique, centrado en la cuestión de género, en particular capacitando abogados, técnicos y policías locales sobre el contenido de la nueva legislación de tierras, así como ayudando a sensibilizar, junto con socios locales, a muchas mujeres de muchas comunidades locales sobre sus derechos a la tierra tal como están escritos en la política y la ley. Al mismo tiempo, en vista de este posible evento internacional, la FAO también financió otro proyecto para estimular la cooperación entre los países “lusófonos” (Angola, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Timor Leste, Brasil y Mozambique) sobre la cuestión de la tierra y en particular los derechos de las mujeres.

Ee los principios consagrados en la declaración final, decidieron seguir el carro de las VGGT.

Parece correcto recordar, sin embargo, que las maniobras implementadas contra todo el mundo campesino, para hacer desaparecer la agenda de la reforma agraria y menospreciar el aporte de la agricultura familiar (incluso por el propio director general de la FAO, amigo cercano de Lula)(8) fueron, y son, muy fuertes, lo que podría explicar la progresiva pérdida de espacio político por parte de las fuerzas que se opusieron a esa visión del mundo.

Sin embargo, la cuestión de género ha recuperado fuerza en los últimos años, gracias también a la presión venida desde abajo de las mujeres pertenecientes a los movimientos campesinos que exigieron un cambio incluso al interior de los mismos movimientos, no sólo contra la violencia doméstica sino también por una diferente y mejor división de las tareas relacionadas con la reproducción social.

A nivel político supranacional, a partir de 2016, cuando por primera vez el Comité de Seguridad Alimentaria (CSA) habló de los derechos de las mujeres(9), intensos esfuerzos han llevado a la negociación, en el seno del CSA, de directrices (siempre voluntarias, por lo tanto no vinculantes para los gobiernos) sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto de la seguridad alimentaria y nutricional (2023).(10)

Sin embargo, como recuerdan las participantes del Grupo de Trabajo sobre Mujeres y Diversidad de Género del Movimiento de la Sociedad Civil y de los Pueblos Indígenas (MSCPI): “No hay motivo de celebración, sino que el trabajo debe continuar para eliminar la discriminación de género, revertir el sistema patriarcal de opresión y transformar las políticas para la igualdad de género”.(11)

Lo que sorprende a un observador atento como el autor es la poca atención que estas organizaciones de la sociedad civil prestan a lo que sucede en el ámbito doméstico de sus afiliad@s y simpatizantes. Un grupo de mujeres campesinas de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra, Argentina) viene denunciando públicamente desde hace tiempo este silencio hipócrita que pone todo el trabajo doméstico sobre sus hombros(12). No existen iniciativas de base nacionales ni internacionales que promuevan cambios estructurales en esta cuestión. En gran parte, nos quedamos en la estela de buenas declaraciones, siempre referidas a un futuro incierto que me hace pensar mucho, como diría Aldo Moro (importante hombre político italiano), en las famosas "convergencias paralelas" destinadas a no encontrarse nunca.

Ahora que la fecha y el lugar han sido decididos (febrero de 2026) queda poco tiempo para movernos y llegar con algo más que la constatación de lo lejos que estamos de la igualdad en el ámbito doméstico, ya se trate de las familias campesinas de los muchos Sur del mundo o de nuestras latitudes. Por eso, junto a un pequeño grupo de personas, hombres y mujeres, hemos retomado el tema de las asimetrías en el ámbito doméstico, es decir, en el corazón del trabajo de reproducción social. Nuestra propuesta está dirigida a organizaciones e instituciones que tienen sensibilidad en el tema de igualdad de género. Son batallas que, aunque parten del nivel individual y familiar, sólo pueden dar resultados si se llevan al espacio político colectivo.

Creemos esencial reiterar que este no es un problema limitado a las mujeres (como lo sugiere el nombre del Grupo de Trabajo de Mujeres y Diversidad de Género del MSCPI). Es fundamental involucrar también a los hombres (al menos a la parte sensible al tema), en una perspectiva que no se limite a evidenciar asimetrías (algo para lo que hemos desarrollado una propuesta de indicador IPAD – Índice de Paridad Doméstica) (13) sino que sirva de estímulo a las organizaciones con las que trabajaremos. Nuestra hipótesis política es que, para construir un mundo mejor, es necesario partir de los comportamientos de los individuos, conscientes de que la construcción histórica desfavorable a las mujeres pesa aún hoy, para hacerlos evolucionar hacia una mayor compartición pasando de la acción de los individuos a la del colectivo que llevará adelante estas instancias en el mundo de la formulación de políticas.

También somos conscientes de que intentar cambiar estas relaciones de poder, que descargan las tensiones del modo de producción capitalista sobre los sujetos más débiles dentro de la esfera doméstica, requiere un esfuerzo imaginativo, pero sobre todo de alianzas políticas. La próxima Conferencia podría ser la oportunidad ideal para continuar esta lucha, pero para ello debemos empezar a organizarnos ahora.

 

=

(1) https://viacampesina.org/es/ya-es-oficial-cartagena-acogera-la-segunda-…;

 (2) https://openknowledge.fao.org/items/2db764b7-4c94-43b8-9e04-84f14a95da8…;

(3) https://old.fondation-farm.org/zoe.php?s=blogfarm&w=wt&idt=1705#cv 

(4) https://www.fao.org/4/me282e/me282e.pdf 

(5) https://www.uv.mx/mie/files/2012/10/sesion-6-sachs-diccionario-del-desa…;

(6) Con esto nos referimos a todas aquellas actividades que tienen como finalidad la reproducción de la humanidad. No sólo la generación de seres humanos, sino también su regeneración diaria, para que puedan ser funcionales. Este es un trabajo esencial para el funcionamiento del sistema capitalista y lo realizan en gran medida de forma gratuita las mujeres.

(7) https://diversity-development.com/wp-content/uploads/mas-alla-de-la-pun…;

(8) https://www.baseis.org.py/durisimas-criticas-al-titular-de-la-fao-por-u…;

(9) https://www.csm4cfs.org/wp-content/uploads/2023/10/ES_Outcomes-of-the-C…;

(10) https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/6ba22a88-9369-…;

(11) https://www.csm4cfs.org/wp-content/uploads/2023/10/ES_Outcomes-of-the-C…;

(12) https://uniondetrabajadoresdelatierra.com.ar/genero/ 

(13) https://www.noidonne.org/articoli/il-domestico-politico-cosa-laindice-d…;