El año pasado, en ese sector, guardabosques comunitarios habían entrevistados a colonos asentados ilegalmente. Aproximadamente 70 familias de las comunidades de Alal, Pisbawas, Kibusna y Kauhmakwas, que incluyen niños, niñas, mujeres y personas mayores de edad, se han refugiado en el bosque ante el temor de más secuestros y eventuales ataques. Toda la zona se encuentra en alerta roja en estos momentos.
En la zona, las tensiones derivadas de la violencia de las invasiones a territorios indigenas iniciaron en el 2019, recrudecieron con el asesinato de comunitarios de Alal en enero del año 2020 y aumentó aún más después de la masacre de Kiwakumbaih en agosto del 2021.
Los hechos antes descritos muestran una vez que no hay paz ni garantia de seguridad para las comunidades indígenas en sus territorios. No puede llevar a cabo la reproducción de su cultura ni actividades básicas como la cosecha de sus cultivos.
Invitamos a la población costeña a estar en alerta ante esta situación.
DEMANDAMOS una vez más al Estado de Nicaragua el saneamento de los territorios indígenas a la mayor brevedad posible, apegado a derecho, y de acuerdo a la visión de los dueños de estos territorios: las comunidades indígenas.
Llamamos a la comunidad internacional a utilizar sus mecanismos de incidencia y comunicación con el Gobierno de Nicaragua para abordar mecanismos justos y apegado a derecho que permitan una pronta resolucion pacifica al grave conflicto de propiedad en los territorios indígenas de Nicaragua.
publicado en la pag: O ISTMO